Vitalidad en el espacio público cotidiano como fuerza regeneradora en la ciudad
dc.contributor.advisor | M.carmen Garcia Hipola | |
dc.contributor.affiliation | Universidad San Pablo-ceu | |
dc.contributor.affiliation | Arquitectura | |
dc.creator | Beltran Rodriguez, María | |
dc.date.accessioned | 2024-07-18T08:01:10Z | |
dc.date.available | 2024-07-18T08:01:10Z | |
dc.date.issued | 2015 | |
dc.description.abstract | La vitalidad del espacio público cotidiano mantiene una ciudad sana, regenerándola continuamente. Una red de espacios públicos vitales es una de las grandes virtudes de una ciudad próspera y a la larga conlleva muchos beneficios. Entre otras cosas, puede reducir la delincuencia, aportar un sentimiento de pertenencia, incrementar la interacción social, y activar negocios cercanos. Sin embargo, la morfología de muchos nuevos desarrollos está provocando la desaparición de los espacios públicos vitales. Esta morfología ha provocado la ruptura de la escala de barrio, que sí encontramos en el centro de las ciudades o en tejidos más antiguos y compactos. Al desaparecer la escala de espacio público, desaparecen con ella las actividades cotidianas que realizamos diariamente, los encuentros fortuitos y espontáneos, y con ello la generación de identidades colectivas y espacios de representación comunitaria. Desaparece el street ballet, que describía jacobs (1961) en sus libros, y que explica el sentido de pertenencia al barrio y la cohesión social, inherentes a barrios bien definidos y delimitados y con calles de tamaño mediano o pequeño y que gozan de variedad de usos y actividades. Aunque los beneficios de un entorno vital son múltiples, esta tesis enfatiza el beneficio para las personas, como punto común y prioritario. Los espacios públicos son imprescindibles para las relaciones sociales y la vitalidad es importante porque es una cualidad que habla de las personas, que coloca a las personas -y no a la estética o la tecnología-, como elemento prioritario en la teoría urbana y en el diseño del espacio publico. Informes recientes del grattan institute y del design for social sustainability, young foundation, demuestran que los vínculos sociales son cruciales para el bienestar. Estos informes demuestran que existe una fuerte conexión entre la calidad de la infraestructura social y el bienestar de los residentes de una zona o población. Aún así, es raro encontrar estudios de la ciudad que sitúen el fenómeno de vitalidad en un primer plano. Como profesionales, nuestro objetivo no suele ser el de diseñar un espacio vital, al menos no conscientemente. Nos suele importar más que sea un diseño aceptado por los críticos de nuestro gremio o que llegue a publicarse en los medios, que la prerrogativa de que mejore la calidad de vida de aquéllos cientos, miles o millones de personas que lo utilizarán en sus actividades cotidianas. Asumimos que nuestros diseños, las calles, plazas o parques que diseñamos, simplemente funcionarán mejor unas veces que otras. Y en el caso de que a los pocos años estén en declive y permanezcan siempre desiertos, echaremos la culpa a la crisis, a la economía, o a la falta de civismo de los jóvenes del barrio. Esta investigación pretende arrojar luz sobre aquéllos aspectos del espacio público que escapan muchas veces a los ojos de políticos o diseñadores, y que rara vez aparecen en los planos, pero que en del día a día de todos nosotros, proporcio calidad de vida. El titulo de la investigación vitalidad en el espacio público cotidiano como fuerza regeneradora en la ciudad resume la idea principal de este trabajo. Pretende traer la vitalidad del espacio público a una primera línea de debate tanto a la hora de estudiar la ciudad como de crearla. Habla del importante vínculo que existe entre el nivel de vitalidad de los espacios públicos cotidianos y la fuerza que tiene una ciudad de regenerarse, de mantenerse sana, sostenible y resiliente, con capacidad para evolucionar favorablemente y mantenerse equilibrada y próspera en lo social, económico, físico o estético y legal. No cabe duda de que la vitalidad es un fenómeno difícil de controlar, y depende de múltiples factores, no todos controlables directamente por el diseñador, pero que sin embargo están estrechamente relacionados, por lo que es importante entenderlos y saber cómo se puede influir en ellos. La vitalidad es por tanto un fenómeno difícil de cuantificar y de ser examinado por métodos tradicionales. Este trabajo la define como algo que va más allá de los físico, y que incluye de forma simultánea, conceptos como vida, energía, actividad, sociabilidad, convivencia, sostenibilidad social y económica, o tolerancia. El eje central de la investigación es la definición de aquéllos factores que influyen en la vitalidad de un lugar (capitulo 3). En total se estudian y definen 36 factores. Los primeros 18 son el resultado de una reflexión e investigación del espacio publico a lo largo de la historia y se analizan a través de la lente de lo multidisplinar. Los otros 18, van surgiendo gradualmente del proceso de síntesis y decantación de los resultados de estudios llevados a cabo por expertos y estudiosos de la ciudad, que sitúan también a las personas en un primer plano. Estos últimos 18 factores se estudian a través de la lente de lo multiescalar. Para responder a la problemática que esta tesis aborda, -qué propicia que haya vida en las calles, vitalidad urbana-, se proponen formas novedosas de mirar y evaluar un lugar. Éstas incluyen distintos métodos de exploración, evaluación y explicación mixtos, que interconectan las disciplinas de la arquitectura y el diseño, el planeamiento urbano y la sociología. Los 36 factores para la vitalidad son las piezas claves con las que idear las distintas estrategias. Pero no siempre se utilizan todos a la vez, ni se combi de la misma forma y bajo las mismas reglas. Las tres condiciones utilizadas para crear las distintas estrategias de actuación son: lo multiescalar (objeto, calle, barrio, ciudad, región), lo multidisciplinar (economía, sociología, diseño) y lo multiprofesional (diseñador, político, usuario, residente). Se desarrollan tres metodologías principales (capitulo 5), bajo la condición de lo multiprofesional, es decir, cada una va dirigida a un profesional distinto. La primera está pensada para evaluar la vitalidad de una ciudad. Su principal razón de ser es informar el desarrollo de planes urbanísticos y leyes urbanas, para fomentar ciudades vitales, sanas y resilientes. Se utilizan 18 de los 36 factores para la vitalidad y se desarrolla a través de la lente de lo multiescalar. La segunda metodología está dirigida a evaluar la vitalidad de un espacio urbano. Está pensada para diseñadores, para orientarles en el proceso de creación de espacios vitales. Se utilizan 3 factores para la vitalidad, que sintetizan los más relevantes de los 36 propuestos, a la hora de diseñar un espacio publico concreto. Al utilizar factores tanto del primer grupo de 18 (multidisciplinar) como del segundo (multiescalar), podría decirse que esta metodología aspira a combinar ambas condiciones de lo multidisciplinar y lo multiescalar. Y la tercera es una metodología para evaluar la vitalidad de los espacios cotidianos de un barrio o zona. Está dirigida a los vecinos de un barrio, para que puedan desarrollar estrategias locales y sepan en qué aspectos centrar sus esfuerzos de mejora y ficiación. Se parte de los 36 factores para la vitalidad, solapándose los 18 del enfoque multidisciplinar y los 18 del enfoque multiescalar, y escogiendo los que son más manejables en la escala m y s, y en las 4 disciplinas (social, económico, físico y legal) abordadas. Para explicar la aplicación de cada una de las metodologías, se escogen lugares concretos, a modo de ejemplos. La intención ha sido siempre no dar más importancia a estos lugares que el de utilizarlos como ejemplos donde mostrar cómo aplicar las metodologías. Sin embargo, se incluyen breves explicaciones sobre la selección de dichos lugares y algunos datos relevantes (capitulo 4). Se utilizan para ejemplificar la metodología ciudad en el contexto europeo, las ciudades de Estocolmo y Madrid. Para ejemplificar la metodología espacio público se escogen tres parques urbanos que varían en tamaño y ubicación: Madrid Río (Madrid), Superkilen (Copenhague), Y Crispus Attucks (Washington D.C.). Para explicar cómo aplicar la ultima metodología propuesta, metodología espacios cotidianos de un barrio se opta por un barrio de la ciudad de Madrid, colonia virgen de la esperanza, en el distrito de Hortaleza. Para enfatizar el carácter internacional de esta investigación, se compagina el uso del inglés y el español en estos ejemplos. En este gran viaje que ha supuesto la investigación, no siempre se han obtenido respuestas sólidas, ya que la vitalidad no es algo que se pueda definir solo mediante una nota o un percentil. Por ello necesita del conocimiento y la sensibilidad de todos aquéllos que rodean su hacer: urbanistas, políticos, empresarios y comerciantes, sociólogos, arquitectos y diseñadores, arquitectos del paisaje y todos los ciudadanos en general. En la ruta de viaje de este trabajo, se ha entremezclado el rigor a la hora de examinar lugares históricos, teorías, textos y estudios de otros profesionales, con el descubrimiento espontáneo y más personal de qué significaba todo aquello estudiado y cómo se encontraba o reflejaba en los espacios reales. En estos años se han visitado muchísimos lugares, muchos de ellos incluidos en este trabajo a través de imágenes, comentarios o análisis; y éstos han influido directamente en la construcción de esta investigación. Es importante recalcar una conclusión principal: los espacios públicos, barrios o ciudades, saludables y con un alto grado de vitalidad, gozan de vínculos sociales fuertes entre sus vecinos, de unas transacciones comerciales o actividad económica fructífera, de un diseño del entorno físico adecuado a la realidad del lugar y sus ciudadanos y de normativas de regulación equitativas. Para facilitar al lector la comprensión de este trabajo, los distintos contenidos se han ordenado y agrupado linealmente. Se han compilado distintos capítulos: de base teórica (capitulo 2: la importancia de un espacio público vital), conceptual (capitulo 3: propiciar la vitalidad), de contexto (capitulo 4: narrativas de casos de estudio), y de métodos (capitulo 5: metodologías de estudio de la vitalidad). Pero la realidad es que todo ha ido desarrollándose en paralelo. Las metodologías, por ejemplo, no han sido el resultado final, sino que se han ido entretejiendo a medida que la investigación avanzaba, a medida que se descubrían nuevos factores para la vitalidad, o se descartaban otros; a medida que se visitaban nuevos lugares, o se estudiaba una nueva teoría y se encontraba un nuevo estudio que pusiera lo social como prioridad en la ciudad. Todo ha ido ocurriendo en paralelo, y quizás por ello y gracias a ello, esta investigación ha hecho tanto énfasis en entender y estudiar todo en red, mediante múltiples conexiones (las escalas, las disciplinas y los profesionales), porque el propio trabajo se ha gestado así. Todo en esta investigación queda entrelazado, como se puede observar en el mapa de tesis (p.10 ), y quizás ésta pueda ser una forma de crear conocimiento sobre la ciudad, de crear y mantener nuestras ciudades, barrios y espacios más vitales. | |
dc.format | ||
dc.identifier.uri | https://catalogo.ceu.es/Record/uspceu643355 | |
dc.identifier.uri | https://biblioteca-juandevillanueva.coam.org/handle/123456789/2806 | |
dc.language.iso | es | |
dc.rights.uri | https://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/4.0/ | |
dc.subject | Vitalidad urbana | |
dc.subject | Espacios públicos | |
dc.subject | Cohesión social | |
dc.subject | Diseño urbano | |
dc.subject | Interacción social | |
dc.title | Vitalidad en el espacio público cotidiano como fuerza regeneradora en la ciudad | |
dc.type | Doctoral thesis |